miércoles, 3 de septiembre de 2014

"Como le dijo el patito a su mamá...

... Espero no meter la pata".

Y, como el patito, nadie quiere cagarla. Pero todos lo hacemos. Muchas veces. Algunos más, otros menos, pero todo el mundo comete errores. Errores tontos y errores que te cambian la vida.

Pero... ¡Eh! Que de todo se aprende. Que a veces hay que quedarse cojo para darse cuenta de cuánto se ha metido la pata (como el pequeño patito. Pobre). Aunque de todo se sale.

Así que, ¿de qué leñes quiero hablar?
Quiero hablar de equivocarse. Y de lo malo que es no el hecho en sí, sino no querer ver que la estamos liando. Y lo peor: no afrontar la culpa.

Porque hay muchas formas de equivocarse. Pero que a todos nos entra un siroco y hablamos mal a alguien, le gritamos y/o insultamos o... Yo que sé, atropellamos viejas (bueno, eso último no, que quitan puntos... Si te ven :D). Lo que ocurre, queridos amigos, es que la disculpa ES NECESARIA.

Eso viene a que existe en el mundo un género de persona humana, llamado "Locus yomehagus", que cuando comete cualquier error, desaparece del panorama por un tiempo y luego vuelve como si no hubiera pasado nada. PERO HA PASADO.
Y también existe otro género de personas, el "Nomeolvidus denadum", que no acepta esto. (Por cierto, tengo que dejar de inventarme estas mierdiexpresiones. Me lo apunto). Y no lo acepta no sólo porque no quiera, que no quiere, sino porque no le parece bien. Y con toda su lógica y sus dos pares de cojones.

En, fin, que lo que pasa cuando se juntan dos personas de estos dos géneros diferentes y el del primero se equivoca, es que se puede montar la de Cristo. ¿Por qué? Porque dos personas no se entienden si no quieren entenderse. Y las del primer género suele venir con un toque de pasotismo que hace que Dios, sentado en su nube pasando de todos nosotros, se quite el sombrero y le silbe el Ave María. Y a éstos les da igual que los del otro género les chillen, intenten hablar el tema, les echen la bronca, les den con un cántaro en la cabeza, ...
Es aquí cuando, por fin, se enciende sólo un foco en el escenario, cuando llega el punto álgido de una discusión: cada uno se va por su lado. Y normalmente los Nomeolvidus no olvidan, como su nombre indica. Y si los otros no se disculpan, éstos pueden seguir cabreados por un tiempo indefinido.

¿Solución? No hay ninguna fácil. Aquí van varias opciones:

A) "Cada mochuelo a su olivo" como forma de vida. Para siempre. Ever, ever, ever. Y fin de cualquier tipo de relación. Ar caraho'.

B) Que, quien tiene la culpa en este caso, admita su error y se disculpe. O al menos que intente hacer algo, que se vea iniciativa de su parte. Esto tiene una probabilidad de que ocurra de, digamos...un -947%. Y esto es así la mayoría de las veces. Y no está del todo mal. A veces es mejor dejar lo atrasado en el pasado, como diría Pumba.
Pero no siempre. Hay ocasiones en las que se tiene que apechugar y aprender a hacer las cosas, sino es por uno mismo, al menos por los demás. Porque además nos vamos a encontrar de todo en la vida, y vamos a pasar por muchas circunstancias. ¿Qué pasa si te toca un jefe porculero y tienes que hacer esto alguna vez pero no te sale de tu santa alma? Pues por eso y muchas otras razones, se inventó el aprendizaje, no sólo para que los niños estén entretenidos en el colegio.

C) Que finalmente el Nomeolvidus se apiade del otro. Y salga de él hablar las cosas y/o el perdón de sus pecados. Y Amén.


Así que nada, muchos saluditos, y lamento escribir tan poco. Es que se me va la cabeza xD
Os deseo una gran calma en vuestras vidas, y que no peleéis. O al menos recompensadlo cuidando de los patitos, que están desapareciendo del mundo por vuestra culpa.

¡Hasta pronto!

domingo, 9 de marzo de 2014

Encontronazos en la tercera fase.

Creo que a todos nos llegan varios momentos en la vida en los que echamos la vista atrás y pensamos qué va bien y qué va mal.

¿Pero qué pasa si nada va bien pero tampoco va mal? ¿Se puede llegar a ser feliz así?
Es decir, ¿se puede estar feliz del todo aún habiendo aspectos que te gusten de tu vida y otros que no?
¿Y si esos aspectos que no te gustan son estupideces y la lías porque eres gilipollas? Esto me ha recordado a esta imagen:


Bueno. También está eso de que "hay que perderse para encontrarse" y cosas así. No sé, a mí no siempre me ayudan las frases motivadoras by Paulo Coelho. Lo siento mundo, pero es así.

Realmente no sé si me he perdido alguna vez. O peor, si me he encontrado.

Porque me he sentido perdida muchas veces. Pero encontrada muy pocas. ¿Y si cada vez que "nos perdemos" se va una pequeña parte de nosotros? ¿Qué pasa si nunca volvemos a ser los mismos? Porque estoy segura de que nunca lo hacemos. Siempre nos convertimos en otras versiones de nosotros mismos. En plan "Yo 2.0".

Pero aparte, no sólo nuestras decisiones nos llevan a perdernos. Creo. Todo nos influye de una manera increíble. Y ahora verdaderamente entiendo la mierda esa de las pelis que viajan al pasado y no pueden matar a una mosca porque se cargan todo el planeta y explotamos y nos convertimos en Chocapic. 

La cosa más pequeña puede hacernos reflexionar. Y hacer que estas reflexiones nos lleven a tal punto de confusión y/o entendimiento de nuestro ser que cambiemos radicalmente nuestra forma de ver las cosas, de enfrentarnos a la vida. Osease, que la muerte de una puta mosca puede jodernos. Y jodernos fuerte. En plan literario pero científico. En plan Punset.

Ahora os imagináis todo lo que escribo leído en vuestra mente por la voz en off de Punset. Tengo poder. ¿Veis como una cosa insignificante puede hacerte cambiar algo? Y que conste que yo soy la cosa insignificante. Vosotros no, que me leéis. Muacks.


En fin, que me pierdo mucho. Me gusta andar por las ramas. Pero la cuestión es: ¿cómo saber cuándo te has perdido y cómo saber encontrarte? Aunque en realidad son dos cuestiones, perdonadme, oh gran público amado. Os haré una oda algún día.

Pero ahora plantearé una  pregunta diferente: ¿qué pasa si eres tú mismo el que decide perderse? Incongruente, exclamaréis, mas no lo creo. No, no y no. Porque, recordemos, partimos de la base de que el ser humano es idiota.

¿Qué pasa si no soy feliz y decido perderme para intentar encontrar algo que me haga feliz? ¿Qué pasa si soy feliz - o creo serlo- pero siento que me falta algo? ¿Y si nunca llego a encontrar ese algo? ¿Terminaré en las calles frías de un pequeño pueblo alemán bebiendo whisky y vomitando sobre un borracho durmiendo la mona?

Yo creo que he aquí mi tema principal de hoy: perderse queriendo, pero entre comillas, para encontrar algo que te falta, pero que al final se te vaya de las manos y no puedas volver atrás. ¿Arriesgarse o no?

Supongo que la elección sigue siendo nuestra, al fin y al cabo. Y si nos equivocamos siempre podemos echarle la culpa a algún libro de autoayuda de estos baratillos. Rollo libro de los chinos. Con un Buda en la portada y un color salmón ahumadoguiónchichidevieja. Total, si es baratillo, es que muy bueno no tenía que ser, ¿no?

viernes, 3 de enero de 2014

Herejías

A veces, en momentos de lucidez, reflexiono. Pienso cosas importantes, cosas que debía haber hecho, cosas de las que me arrepiento.

Y también se me vienen a la mente otro tipo de reflexiones. Hoy me he sorprendido a mí misma. Hallábame yo pensando en la creación (cual Myrtel la Llorona pensaba en la muerte antes de que Ginny le lanzara el diario a la cabeza en Harry Potter y la Cámara Secreta) cuando me dije que Dios lo que le quitó a Adán para hacer a Eva no fue una costilla, sino el pene. Porque sino habríamos tenido a Evo, el matrimonio gay no hubiera sido un obstáculo para la Iglesia, y habría que buscar otro nombre para el banco ese nuevo o lo que leñes sea (una caja a la que la falta un trozo para mí siempre será una mala imitación del logo de Apple, qué queréis que os diga).

Aunque me refiero en sentido figurado, claro. Pero supongo que para la Biblia era menos comercial poner algo de ese calibre. Es decir, que bien Dios pudo quitarle una costilla a Adán y hacer a Eva. ¿Pero cómo se le ocurrió a Dios que "encajaran"? ¿Le pareció divertido? Yo me lo imagino sentado en su nube pensando qué animal crear después de que le sobrara unas cuantas partes de cada uno y se decidiera a experimentar con el ornitorrinco (que si no llega a ser por Perry de Phineas y Ferb muy poca gente sabe qué carajo es eso) cuando una bombilla se iluminó en su gran cabeza de Creador Guay.

Y ese fue el momento estelar. De esos en los que en los teatros bajan todas las luces y dejan sólo el foco central. El público se calla. Y aparece Dios echando un truño jugando con el barro (cada uno se relaja como quiere) y crea al hombre "a su imagen y semejanza". Que digo yo que si lo hubiera hecho así hubiera puesto cosas estándar. Medidas que cumplieran con el canon de belleza del Edén o algo.
De aquí podemos sacar dos conclusiones: que Dios es un hombre grande pero con barba y una voz potente (como la de Mufasa) y que, como debemos suponer que Dios es perfecto, Adán parecía perfecto. Porque si éste fuera perfecto, sería Dios (siguiendo las normas de la Lógica). Y digo "parecía", algo que ha quedado desde entonces en muchos especímenes de la raza humana.

Podemos seguir sacando conclusiones. Y es que si le hacemos caso a un artículo que leí hace mucho en un Muy Interesante, los hombres aguantan peor el dolor físico que la mujer. Así pues, cuando Dios le quitó la costilla a Adán, éste se sumió en un mar de dolor (y eso que el dolor no existía en el Edén). Y ni Eva pudo calmar su pérdida. El pobre hombre se limitaba a seguir existiendo y a llorar por su amada costilla. Y Eva se desesperó. Y Adán durmió en el sofá. Y así se inventaron las pajas (¡todo es natural! ¡La Iglesia no sabe!).

De esta forma, poco a poco y tras la profunda depresión por su pérdida, a Adán, que no supo cómo enfrentarlo (no había psicólogos en esa época) le dio por comer. Al principio se controlaba. Pero después de un tiempo nada le contentaba. Incluso acabó con toda la población de unicornios (se dice que su carne era exquisita). Y Adán acabó gordo y fofo y deprimido y con papada.

Así pues, Eva, como una buena mujer sumisa (es lo que es, no me miréis así. Investigad y descubriréis que según textos apócrifos- hipogrifos- como sea, la primera mujer fue Lilith, pero Adán no la complacía sersualmente, ya que nunca la dejaba ponerse arriba -no me estoy inventando nada, lo juro xD- y mandar. Y Lilith lo mandó a él al carajo y se fue y se convirtió en la madre por excelencia de demonios y brujos, aunque nunca pudo engendrar hijos propios. Y esto conlleva a lo patético que fue Adán, que no la dejaba probar cosicas, y a lo más patético que fue Dios, que le dio una mujer "fabricada" a partir de él mismo, para que le perteneciera total y absolutamente. Así, niños, nació el machismo. Y la expresión "pichacorta" también) fue a prepararle a su maridito (¿se llegaron a casar o Dios los hizo ya casados para no tener que gastarse el pastizal del banquete?) algo sano. Y vio un manzano allá a lo lejos. El Todopoderoso les había prohibido aquel manzano, pero el sobrepeso de Adán era muy preocupante. Así que se decidió a coger unas manzanas para hacerle algo a Adán y luego prepararse ella una sidrita y darse su fiesta, ya que el otro era una morsa que no la llevaba a sitios bonitos (y mira que el Edén tenía sitios bonitos) y caros.

Pero entonces apareció Dios y nos jodió a todas las mujeres con la regla. También los echó del Edén, pero se lo merecían, por tontos y por haber acabados con los unicornios que olían a fresa.

En conclusión, Anastasia (sí, sí, la de la peli de dibus que no es de Disney pero que ha visto todo el mundo y como si lo fuera. Pero no.) tiene razón: "los hombres son unos bebés".

Aunque no os vayáis a creer ahora que soy una feminazi ni nada de eso. Es sólo que como siempre le echamos la culpa a Eva, me apetecía cambiar.

¡Mil besicos herejéticos... herejáticos... herejípicos... gordotes, y tened cuidado con lo que coméis!